No te compliques la vida iniciando una relación de pareja de alto riesgo.
Tu madre te diría: “Mira a ver dónde te metes y con quién vas”.
Y es que… reconócelo, hay relaciones que si te las ahorras mucho mejor.
Lo más importante, una relación de pareja se elige. No tienes ninguna obligación de tener pareja y si tienes mucha prisa por encontrarla, lo mejor es que frenes y compruebes antes si se trata o no de una relación de alto riesgo para ti.
Seguro que hay muchas relaciones “peligrosas” o situaciones con grandes posibilidades de convertirse en un infierno, pero hoy te dejo tres posibles casos:
1.- Tu pareja o candidato a pareja ya está emparejado/a.
Hay veces que es inevitable y te enamoras de alguien que ya está en pareja, pero aun así estás a tiempo… Si todavía no has perdido la cabeza, DETENTE!!!
Aunque Cupido te haya alcanzado con una de sus flechas, puedes evitar ir más allá y reflexionar. Tu pareja no es un apestado o una apestada por estar en una relación, por supuesto que no, pero volvamos a ti…
Dime, ¿qué necesidad tienes de meterte en medio de algo que aún no ha terminado?
Tu candidato puede decirte que ya no hay nada entre ellos y puede ser verdad, pero a ti te toca esperar a que esa separación se lleve a la práctica. A lo mejor no te importa. Al principio, porque en cuanto empiecen los plazos incumplidos comenzará a importarte.
A lo mejor te ha conmovido su situación y quieres ayudarle o ayudarla, pero tú no estás ahí para hacer de terapeuta ni de padre o madre de nadie, estás con esa persona para ser su pareja, no lo olvides.
¿Qué RIESGO corres?
Si me preguntas, hasta donde yo he podido comprobar, muy pocas veces el otro se separa y aun cuando lo hace, eso no significa que lo vuestro ya sea una relación de pareja “normal”. Las cosas entre vosotros no suelen mejorar porque para cuando el escenario cambia, los sentimientos también lo hacen, los de tu pareja y los tuyos.
2.- Tu pareja ha terminado recientemente otra relación.
Si es así, mira a ver si realmente es su momento o aún tiene que aclararse. El tiempo no es el único indicativo para saber si tu pareja se siente “libre”, pero tenlo en cuenta.
“Libre” significa que su corazoncito ya no está enredado, porque si lo está, necesitará su tiempo para olvidar y asumir la ruptura.
Como en el caso anterior, te recuerdo que no eres su paño de lágrimas, así que tú decides. Si te dice que aun siente algo por su ex, cuidado con creerte omnipotente para lograr que deje de sentirlo o sienta más por ti.
¿Qué RIESGO corres?
La cuestión es que sólo seas eso, una oportunidad para terminar de olvidar a su anterior pareja. Y el problema es tu decepción si en algún momento descubres que es así y que en realidad continúa enamorado o enamorada de ella.
3.- Lo que tu pareja va buscando no se parece a lo que buscas tú.
Esta quizás es la situación más arriesgada porque no la verás venir hasta que no llevéis un tiempo juntos, y para entonces a lo mejor ya te has empecinado en que lo vuestro funcione.
Deja que el otro “se manifieste”, permite que sea como es, no le intentes transformar, ni le hagas ver que si no cambia tú te vas. Porque… ¿sabes qué? que cambiará, pero… ¿por cuánto tiempo?
Cambiará para gustarte con la mejor de sus intenciones, no lo dudo, pero si no va con él lo que tú le pides, antes o después volverá a lo mismo… a tener menos iniciativa, a no ser tan atento/a… a lo que es y como es en realidad, ni más ni menos.
Lógico, ¿no te parece? Porque nadie cambia por nadie, ni nade cambia a nadie, no te equivoques.
¿Qué RIESGO corres?
Lo único que sucede es que busca algo distinto que tú. Tiene una idea de pareja diferente. Sus planes a futuro quizás sean otros… y, ¡qué le vamos a hacer!
Tanto tú como el otro deberéis seguir vuestro camino y ser fieles a vuestras prioridades.
Hasta aquí tres situaciones demasiado habituales que son garantía de fracaso, pero seguro que se te están ocurriendo otras casos en los que empezar una relación es altamente arriesgado, así que…
¡Anímate y compártelas para que aprendamos todos!