¿Te merece la pena «ir tirando» en las relaciones con los demás?
Cuántas veces te has repetido que ya no hay nada que hacer con este o con el otro porque lo vuestro ya no tiene remedio. Sucede entre padres e hijos, entre hermanos, entre amigos, entre compañeros de trabajo, con el suegro o la suegra… ¡y por supuesto en pareja!.
Allá donde hay un ser humano cerca de otro, existe una Relación Personal.
No te digo que toda relación tenga que mejorarse, ni siquiera que se pueda o se deba. Hay veces que sencillamente no hay nada que hacer con ciertas personas, pero lo que te propongo es que revises una vez más lo vuestro, y esta vez con una mirada diferente.
Porque tanto si vivíis juntos, como si hace 7 años que no os veis, es lo mismo. Puedes pasarte la vida amargado a causa de vuestra mala relación o vuestra relación “inexistente“.
¡Tus Relaciones Personales a Revisión!
1. No se trata de pedir perdón ni perdonar, esto tiene su momento y su sentido, pero no es la panacea, y muchas veces ni siquiera tiene sentido.
2. Parte de tu emoción, tu rabia, tu resentimiento, tu odio, tu decepción, o de cualquier otra cosa que te haya quedado grabada, y que te cause malestar.
Siente tu agravio, tu dolor, tu pena, tu rabia… pero esta vez hazlo a solas contigo. Quiero decir, hazlo sin criticar al otro, como si fueras testigo de tu sentimiento y no necesitaras refrescarlo porque estás muy seguro de lo intenso que es.
3. Obsérvate un rato sintiendo eso y permite que aparezcan tus razones revoloteando por tu cabeza.
Si te sientes exagerado, ridículo, con menos fuerza, o fuera de lugar, vuelve a recordar que estás solo, y que en este silencio nadie podrá observar si tu ego se siente herido, si encoje o se desinfla. A nadie le importa, así que permítete por un momento salir de tu posición y creértela un poquito menos después de escucharte.
4. Vamos un paso más allá, pero sólo si te ves capaz. Intenta ponerte en el lugar del otro. En este punto está permitido salir corriendo. Si no es el momento, tranquilo, ya volverás, pero ahora mejor retírate antes de cargar más las tintas contra el otro.
5. ¿Sigues ahí?, estupendo, eso es que estás dispuesto a comprender que una relación es cosa de dos.
¿Tú cómo has contribuido a ello?. Puede que peleando como una fiera igual que el otro, pero también puede que te hayas callado y desde tu pasividad sin querer hayas alimentado la situación actual. Piénsalo sin juzgarte.
6. Y ahora que tu visión de las cosas es más amplia, viene el momento de la verdad.
¿Cómo puedes decidir esto?, pues de nuevo mirando cómo te sientes. Si no hacer nada y continuar como estáis te causa insatisfacción y te mantiene endemoniado o preocupado, entonces tu responsabilidad es mirar por tu bienestar y pasar a la acción. Piensa que a la vez estarás mirando por el bienestar del otro, aunque ahora mismo esa sea tu última intención.
7. Ten en cuenta que lo que decidas hacer no tiene por qué ser la decisión más acertada.
Abrir el diálogo, poner nuevos límites, explicarte de nuevo, preguntar, comprender… cualquier medida será mejor que continuar sin hacer nada, porque sin duda cambiará el escenario, y eso ya es un buen principio para terminar o renovar esta relación que te consume energía y mina tu propia autoestima.
¿Cómo estás ahora después de poner patas arriba esa relación que tenías enquistada?
- Ojalá te haya servido este recorrido para descubrir alguna idea nueva.
- Si es así experimenta y ponla cuanto antes en práctica porque…
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Abre las ventanas y deja que entre claridad en tus relaciones con los demás.
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Y ten claro que tanto si vuestra relación continúa como si se acaba, será más sano para ambos que el «ir tirando» que tenéis ahora.