Lo que te cuento hoy está inspirado en el relato “El hombre que no creía en el amor”, lo he leído hace poco en “La Maestría del amor” de Miguel Ruiz.
No creía en el amor…
Es una linda historia de dos amantes, que antes de conocerse, ninguno de ellos creía en el amor, porque ya lo habían vivido y no les había ido bien.
Él, el hombre que no creía en el amor, explica que:
“El amor es una especie de droga, te exalta, pero a su vez crea una fuerte dependencia, por lo que es posible convertirse en un gran adicto a él.
La relación de la pareja es una guerra de control para ver quién se convierte en el suministrador de la droga, y quién es el adicto que no puede pasar sin su dosis.
Buscamos el amor, abrimos nuestro corazón, nos volvemos vulnerables, y lo único que encontramos es egoísmo”.
Cuando se encontraron él y ella, pronto trabaron UNA GRAN AMISTAD, que les parecía estupenda porque según dicen:
- Se respetaban mutuamente, y nunca se humillaban uno al otro.
- Entre ellos no había ni envidia ni celos.
- No se controlaban el uno al otro, y tampoco se sentían poseedores el uno del otro.
- Les encantaba estar juntos, porque en esos momentos se divertían mucho.
- Siempre que estaban separados se echaban de menos.
Un día él pensó si tal vez lo que sentía era amor, aunque no se parecía a lo que los poetas ni la religión dicen que es el amor, porque:
- No soy responsable de ella.
- No tomo nada de ella.
- No siento la necesidad de que ella cuide de mí.
- No necesito echarle la culpa de mis problemas, ni echarle encima mis desdichas.
- Respeto su forma de pensar.
- Ella no hace que me sienta avergonzado.
- No me siento celoso cuando está con otras personas.
- No siento envidia de sus éxitos.
Así que ambos concluyeron que tal vez el amor existe,
pero no es lo que todo el mundo piensa que es.
Decidieron convertirse en amantes y vivir juntos, y las cosas entre ellos no cambiaron.
Hasta que él cometió el error de pensar que podía poner su felicidad en manos de ella, olvidando que en realidad él era feliz por el amor que emanaba de su interior, y ella era feliz por el amor que emanaba de sí misma.
Con amargura descubrió que ella no puedo asumir esta responsabilidad. Nunca hubiera podido hacerle feliz a él porque nunca hubiese podido saber qué es lo que él quería.
La moraleja de la historia viene a decir que:
Esta idea de amor como ENTREGA ABSOLUTA en el otro queda expresado en el regalo de una estrella que él le hace, y que ella rompe porque la deja caer de sus manos ante tanta responsabilidad.
Esta linda historia me ha recordado algo que aprendí de pequeña. Y es que las mariposas son bellas mientras las dejar volar, pero cuando las cazas para poseerlas, en ese mismo instante terminas con su belleza y su vida.
Su belleza está en su libertad y al intentar apropiarte de ellas, y poner tus dedos en sus alas, sucede que les quitas el fino polvo de colores que las cubre. Las mariposas entonces dejan de ser bellas, y lo peor es que dejan de ser ellas, y pronto perderán la vida.
Acabas de matar lo que tanto deseabas. Al querer quedártelas, desaparece la belleza y la libertad que valorabas de ellas.
Por eso desde pequeña sé que lo más se quiere no se puede poseer, porque al aprisionarlo por miedo a perderlo, lo matas.
El amor verdadero es libre y deja hacer al otro, y ser lo que es.
Como descubrió el hombre que no sabía amar, terminas con una relación cuando pones tu felicidad en manos del otro porque ese otro no puede hacerse cargo de ella. Le entregas lo más valioso que tienes, y esperas que él haga lo mismo.
La propia felicidad no se delega, y una relación así construida no se llama amor verdadero, se llama DEPENDENCIA.
No puedo vivir sin ti, y espero que tú, por supuesto, no puedas vivir sin mí.
¿Piensas que exagero, y que tú no amas así?
Pues entonces, dime:
-
¿de cuántas cosas dependes de tu pareja, y tu pareja de ti?,
-
¿cuántas de ellas estarías dispuesto a soltar, y comprobar cuanto “amor” queda entre vosotros?
Acabo de descubrir tu blog y me encanta!!! No puedo dejar de saltar de uno a otro de tus post y no puedo dejar de leer…!!!
Lo explicas todo de una manera tan natural y sencilla…..
Gracias por.compartir tus conocimientos y ayudar a mejorar vidas.
Hola Ana, gracias a ti, y me alegro de que te resuene lo que cuento porque sale de la experiencia. Un abrazo!