La importancia de las cosas depende de tu percepción
¿Quieres despegar conmigo?
Te propongo un viaje en avión para dar a las cosas su justa importancia, pero ni un ápice más.
Un viaje que terminarás con los PIES EN LA TIERRA, y una visión más realista.
¡Allá vamos! Abróchate el cinturón porque nos elevamos.
A medida que subimos y ahí abajo lo veo todo más pequeño, noto que comienzo a desapegarme de las cosas cotidianas.
Cuando el avión está en lo más alto, veo sobre el suelo algunas zonas cubiertas con algo blanquecino que parece muy agarrado al suelo. Es un manto que lo cubre a trozos.
Pienso que es arena, como si hubiera trocitos de desierto entre las montañas.
Y enseguida descubro que son nubes sucias aferradas al suelo.
Ya no me parecen tan sólidas, pero si me parecen feas, como las cosas cuando les damos mucha importancia. Las vemos oscuras y pesadas, y se nos hacen cuesta arriba.
Permanezco con esta visión largo rato. A veces el tiempo no ayuda y sólo sirve para que le demos más importancia a las cosas, mucha más que al principio.
Pero como nada es eterno, el avión comienza a descender muy despacio.
Y las nubes de arena, ahora me parecen nubes de azúcar. Son más blancas, más grandes y están como recortadas sin tijeras, con filos cortantes y desiguales. Pero son más bonitas sin duda.
Mi perspectiva ha cambiado,
gracias a que el avión se ha acercado a las nubes, ahora las veo totalmente distintas.
En cuanto relativizamos, nos pasa con lo que nos sucede, como con las nubes, que lo vemos distinto y menos importante, empieza a gustarnos más, o a disgustarnos menos.
El avión continua descendiendo, y antes de acostumbrarme a estas nubes, ya han cambiado de nuevo!!
Guau!!! Ahora se ven preciosas, parecen de algodón blanco y blandito. Es como estar en el paraíso.
Ojalá pudiera quedarme aquí eternamente, en este mar de algodón, con esta luz que te llena el alma de alegría.
Qué curioso, a veces algo transcendental de repente, si le quitamos importancia, se nos presenta más ligero, aunque solo sea por unos instantes.
Vaya, parece que el avión se empeña en descender y atraviesa esta capa de nubes como si fuera un largo cuchillo cortando con precisión la tarta de la boda.
¡Qué pena! Ahora mis preciosas nubes cambian de nuevo.
Arriba se quedó el sueño y ahora lo que me rodea se ha vuelto oscuro. Las nubes ya no son algodones, apenas tienen forma. Son humo sucio en medio de la oscuridad.
Dan miedo, porque se han convertido en una niebla que me ciega y no me deja ver nada. Oscuridad y miedo alrededor del avión. Y decepción dentro de mí.
Pero por suerte el viaje continúa como la vida.
La realidad se impone.
Y ya veo la tierra. Aparece el sol, y las nubes es como si se hubieran escapado hacia arriba porque ya no están presentes.
- RELATIVIZAR es como regresar de un viaje. A la vuelta, eso que parecía muy importante, lo descubres diferente. Hay una realidad que estaba ahí esperándote, igual que ahora la tierra nos espera al avión y a mí.
- Y lo transcendente, lo imprescindible, lo que consideras vital, pierde su importancia para convertirse en algo terrenal y mucho más sencillo, menos dramático, menos imposible, más accesible, más ligero y cercano.
Las nubes que fui observando mientras descendía, se han unido a lo que desde la tierra llamo cielo sin más. Lo que esperaba y lo que sucede se aproximan, y ya casi no hay distancia entre ambas cosas.
Ellas han perdido su importancia, su identidad de nubes, para formar parte de lo que vemos todos los días, la tierra y el cielo.
Al final del viaje, las cosas importantes se hacen cotidianas.
- Pero en realidad, ¿cómo son los las nubes?
-
¿Cuánta importancia tiene lo que nos sucede o lo que pensamos?
Las nubes en cada momento son como yo las veo: arena, azúcar, algodón, humo, niebla y cielo. Todo en uno, pero no todo a la vez, sino cada cosa en su momento, dependiendo de mi perspectiva, del punto de mira, de la altura del vuelo.
Las cosas también son en cada momento como yo las veo. Muy importantes, importantes a medias, poco importantes, incluso nada importantes.
Depende.
¿Cambian las nubes y las cosas que me suceden?
NO, ellas no cambian.
¡Aterrizamos!, PIES EN LA TIERRA.
¡Bienvenido a una visión más realista de las cosas!
Este viaje hacia la conciencia me ha servido para descubrir que mi opinión de las cosas es sólo eso, una opinión, una interpretación más que tiene la importancia que yo le quiera dar.