Si sospechas que algo no va bien, y sufres en silencio los primeros síntomas de angustia: demasiada preocupación, dormir mal, momentos de más nerviosismo, respiración un poco acelerada, y/o una continua lucha contigo…
Te propongo un simple EJERCICIO para descubrir en qué punto estás:
Piensa en las cosas que no tienes asumidas y aunque las conoces, te gustan tan poco que no quieres terminar de aceptar que son así.
1.- ¿Rezamos el “no tengo asumido”?
- No tengo asumido que si no termino mis estudios sentiré que no valgo para nada.
- No tengo asumido que me siento menos que mi hermano porque a él siempre le han dicho en la familia lo que vale.
- No tengo asumido que me hago el loco y pierdo el tiempo cuando tengo algo importante que hacer.
- No tengo asumido que me muero de envidia cuando veo a un amigo feliz con su pareja.
- No tengo asumido que cuando no consigo algo me siento muy mal y me critico un montón.
- No tengo asumido me da tanto miedo estar sólo conmigo que me paso el tiempo buscando cosas que hacer.
- No tengo asumido que en el fondo no quiero esforzarme tanto como digo y me avergüenzo de ello.
- …
Si te cuesta menos, puedes cambiar “no tengo asumido”, por “no quiero reconocer”, o “me cuesta mucho reconocer”.
Cualquiera de estas cosas no asumidas, si me empeño en no verlas, y no dejo de pensar en ellas, o de intentar que no sean así, pueden terminar en ansiedad.
2.- ¿Por qué lo que no asumo me produce ansiedad?
Porque a medida que pasa el tiempo, y peleo y peleo, sucede que me disocio. Me divido en dos:
- Una parte de mí pelea, y no quiere darse cuenta de lo necesitado que está de conseguir lo que se propone.
- y otra se siente cada vez más chiquita, y se ahoga, y es tan infeliz porque no da la talla, que no encuentra otro recurso para darse a valer, que sintomatizar su malestar.
En el momento que en que me divido, la situación pasa a otro plano. Ahora además de pelear inconscientemente, me preocupo de mis síntomas, y antes o después me termino contando que estoy enfermo.
Por desgracia son pocas las personas que en este punto piden ayuda profesional para abordar el lado psicológico de lo que les sucede.
3.- ¿Por qué no pido ayuda cuando veo que tengo ansiedad?
Nos da vergüenza reconocer que se nos ha ido de las manos la situación, y que nos sentimos perdidos.
Pedimos ayuda a nuestra familia, y a los amigos, pero no nos sirve de nada, porque sólo abordamos con ellos la parte que se ve. Hablamos de nuestra ansiedad, de nuestros buenos propósitos y ellos, con toda su buena fe, nos animan y nos dicen lo luchadores que somos, con lo cual no hacen más que reforzar nuestro propio nivel de exigencia.
4.- ¿Cómo puedo afrontar lo que no veo o no quiero reconocer?
Volvamos a uno de los “no tengo asumido” para ver cómo afrontarlo de verdad.
“No tengo asumido que si no termino mis estudios sentiré que no valgo para nada”.
Claro que está muy bien que hagas todo lo posible por terminarlos, pero antes pregúntate por qué los quieres terminar.
- Porque te gusta lo que estás estudiando y quieres trabajar de ello,
- porque ya llevas mucho tiempo con lo mismo,
- porque si no, ¿qué otra cosa puedes hacer?…
Los motivos por los que termines tus estudios son la clave para sentirte bien mientras te esfuerzas en terminarlos, ¿me sigues?
No vale terminar a toda costa, y no vale esforzarse hasta no poder más por terminar. Porque quizás consigas terminar, no te digo que no, pero… ¿A qué precio?
¿Realmente merece la pena forzar tanto la máquina como para conseguir lo que quiero dejando en el camino mi salud física y emocional?
Mi respuesta es que no. No merece en ningún caso la pena.
- No, porque después de conseguirlo no habré alcanzado la satisfacción que esperaba, sólo tendré eso que quería, pero descubriré que no es suficiente para sentirme lo valiosos que necesito.
- No, porque además ahora tengo una nueva preocupación. ¿qué hago con todas estas sensaciones físicas y psicológicas que antes no estaban en mi vida, y que me impiden ser el que era?
Si estás en este punto, piensa que nunca es demasiado tarde.
¿Podrías haber frenado tu proceso antes? Seguramente sí, pero si no lo has hecho es porque no has sabido, no te has enterado, o no era el momento de hacerlo, y necesitabas ir más lejos para aprender de tu propia experiencia.