Raquel es amiga de Mari Carmen desde hace muchos años, y siempre se han entendido muy bien, pero ahora que Mari Carmen tiene un problema, la verdad es que no se siente comprendida por su amiga. Para Raquel todo está muy claro y su amiga ya sabe lo que tiene que hacer.
Sin embargo, Mari Carmen está obsesionada, no se decide y la mayoría de las veces sólo quiere que Raquel la escuche sin más.
Pero Raquel se pasa el tiempo diciéndole que fluya y piense en positivo, y cada vez que Mari Carmen escucha estas palabras se pone de los nervios.
La cuestión es que el jefe de Mari Carmen la exige mucho más que a su compañera de trabajo porque dice que ella es más eficaz, y Mari Carmen no sabe cómo decirle que eso no le parece justo y que está cansada de hacer más trabajo del que la corresponde.
Lo cierto es que los consejos de Raquel a Mari Carmen le suenan a lo de siempre, y ya no soporta que le diga cosas como:
- Piensa en ti.
- Tienes que quererte más y cuidarte.
- No le des tanta importancia.
- Ya sabes lo que tienes que hacer, es muy fácil.
- Tienes que aprender a fluir.
¿Nunca te ha pasado que te han dado ganas de coger por el cuello a tu amigo/a porque has sentido que no ha empatizado ni un pimiento con tu problema?
Porque seguramente encima piensas que eres un desgradecido/a.
¿Por qué nos sucede que no nos llegan los mensajes alentadores de los demás?
- Porque sencillamente hay momentos en los que sólo queremos que nos escuchen, o incluso que nos acompañen sin decir nada más.
- Porque notamos que tanto intento de sacarnos de donde estamos tiene mucho de falta de empatía y de impedirnos estar mal, y poco de verdadera ayuda.
- Porque tanto fluir a veces nos toca las narices, y punto.
¿Te sientes un/una intolerante cuando piensas así?
Lo sé, te sucede que hueles la impotencia de tus amigos y bastante tienes tú ya con tu problema como para darle vueltas a por qué se comportan así.
Pero arreglemos esto un poquito. Piensa una cosa…
¿Qué le sucede a la persona que no te deja estar mal y no sabe ya que decirte para verte bien?
Puede que ya le tengas aburrido con tu problema, pero esta es otra cuestión. Ahora vamos a lo que vamos…
¿Quién teme que te desbordes o te deprimas o nunca salgas de dónde estás?
Pues teme todo esto justo la persona que si estuviera en un lugar se desbordaría, se deprimiría y nunca se vería capaz de salir de donde está.
A donde vamos, tu amigo/a en el fondo te dice y hace contigo lo que haría consigo mismo/a o lo que le gustaría que hicieras tú con él.
¿Y por qué? porque si estuviera en tu lugar sería incapaz de hacer otra cosa y no le valdría con que simplemente tú le escucharas.
Es momento de retirarte y no juzgar la reacción de tu amigo/a porque tienes algo mucho más importante que hacer…
¿Qué te parece si utilizas tu propia sensación de hartazón de tu amigo/a para darte cuenta de lo que de verdad te sucede?
Observa que esta situación es perfecta para que veas que en el fondo tu problema es tuyo, y tu silencio debe de ser tuyo. Tu tiempo de asimilar lo que te sucede y de quejarte y de lo que sea, es tu tiempo y quizás ha llegado el momento de dejarlo de compartir con tu amigo para mirar hacia dentro y encerrarte un ratito en tu concha a sentirte sin más.
Tu amigo te está enviando un mensaje más importante del que te dice con sus palabras, su necesidad de consolarte interprétala como un aviso de que tienes que resolver tus cosas tú contigo mismo.
Si aún estás pensando en el positivismo de tu amigo/a, de acuerdo que quizás esté fuera de lugar y no sirva para nada, pero observa ahora tu impotencia al pensar en ello porque quizás se parece en algo a la suya de no dejarte vivir tu propio proceso. 😉