Cada vez que escucho a alguien decir que no quiere hacer daño a su pareja me saltan todas las alarmas.
«No quiero hacerle daño” es el estandarte que enarbolamos cuando no nos atrevemos a hacer o decir algo a nuestra pareja.
Suele ser la excusa perfecta para dejar de hacer.
¿Qué hay detrás de este sentimiento tan aparentemente bondadoso?
Suele haber un miedo.
No se trata de miedo a hacerle daño, es un miedo a otra cosa que tiene que ver contigo y no con tu pareja.
María lleva 3 meses con Luis. Dice que es un chico muy majo, pero siente que ya no la atrae como al principio.
Cuando piensa que Luis es demasiado bueno para ella, María se espanta de sí misma. ¿Cómo puedo estar diciendo algo así?
Todo tiene su explicación…
Cuando María conoció a Luis se maravilló de lo atento que era. La cuidaba, la respetaba y la mimaba mucho. Nunca nadie había tenido esos detalles con ella.
Así que parece que a María no le quedaba otro remedio que enamorarse de Luis.
Suele sucedernos. Son momentos de flotar en las nubes.
El problema es que esto de sentirnos como reyes al lado de una pareja caída del cielo que ha venido a darnos todo lo que nos merecíamos hace tiempo, solemos confundirlo con enamorarnos de verdad.
Pero todo está bien.
Lo primero es lo primero, y si realmente esta maravillosa pareja resulta que con el tiempo no te hace sentir enamorado mucho o poco, ya se verá.
Ten muy claro que hay cosas que no se saben desde el principio. Si no enamorarse resultaría mucho más sencillo, pero la realidad es que nos volvemos locos hasta límites insospechados.
Así que cuando María se acostumbró a las atenciones de Luis, empezó a darse cuenta de que no estaba enamorada.
Lo notó en que ya no le atraía. Y mira que pensaba que Luis era la pareja perfecta para ella, pero el corazón es el corazón y por suerte no se deja engañar fácilmente.
Ella se sentía tan magnífica al lado de este hombre agradeciendo siempre su amabilidad, y dejando que todo fuera sencillo, que…
¿cómo iba a hacerle daño diciéndole que no estaba enamorada?
Nunca se había sentido mejor persona en toda su vida como ahora a su lado. Luis sacaba lo mejor de ella y estaba convencida de que la admiraba tanto, que no se esperaba nada así.
Por eso a María se le ocurrió decirle que no podía continuar la relación con él porque estaba muy agobiada en el trabajo y no quería que él pagara el pato.
Lo que te digo, María decía que no quería hacerle daño.
Pero… ¿por qué María no le cuenta a Luis que ya no le quiere?
Por miedo a lo que Luis piense de ella. Este es el verdadero motivo.
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¿Crees que María soportaría que las atenciones de Luis se convirtieran de repente en reproches?
NOOOOOO
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¿Cómo crees que llevaría que la acusase de voluble o inmadura?
MUY MAL.
La realidad es que María no soporta la idea de quedar mal ante Luis.
Esto es lo primero que la sucede.
Lo del daño que él pueda sufrir es otra cosa que queda en segundo plano, si es que queda en algún lugar.
A estas alturas ya sabemos que no se trata de que María no quiera hacer daño a Luis. La cuestión es otra muy distinta…
¡María no quiere ni por un instante romper la imagen maravillosa que Luis tiene de ella!
Eso la haría aterrizar.
Pobre Cenicienta. A las doce en punto antes de que le dé tiempo a llegar a casa, la carroza se convierte en calabaza y su precioso vestido en harapos.
Este es el sentimiento genuino de María, este es su punto de vista.
Piense lo que piense Luis y reaccione como reaccione, no le quita ni le pone valía a María. Es ella solita quien lo hace.
- Por eso cuando María se escuche diciendo que no quiere hacer daño Luis puede aprovechar para reconocer su verdadero temor.
- Esta es su oportunidad para ser honesta con ella misma y con él.