Empecemos por el principio como en los cuentos.
Mi amiga tiene muchas aristas, como dice ella, o muchas caras como digo yo.
Es dulce y amable. Tan tierna que es de esas personas que puedes hacer con ellas lo que quieras.
Es simpática, y dice las cosas muy comedidamente. Incluso, muchas veces se calla lo que piensa.
No sé cómo lo hace, pero atrae a la mayoría de los hombres.
Yo la digo que es una ligona nata, pero en realidad no le notas en nada la intención de conquistar.
Con esta forma de ser que tiene, tan complaciente y cariñosa, enseguida cualquier pretendiente piensa que la tiene conquistada. Y es verdad, porque mi amiga se embelesa enseguida cuando alguien le gusta.
¡Todas sus relaciones comienzan maravillosamente!
Ella encantada, y su pareja pensando que tiene delante a la mujer de sus sueños.
El problema es que mi amiga es todo lo que te he contado, pero también es muchas cosas más.
Como buena conquistadora, tanta complacencia le dura lo que le dura. Es decir, el tiempo de conquista. Justo hasta que ella siente que ya tiene a su pareja loca por ella.
Así que, en poco tiempo empieza a mostrarse como es, al menos más como es. Más impulsiva, con más opinión, toma sus propias decisiones… y dice lo que le gusta y lo que no. Ya lo creo que lo dice, doy fe.
Además, está su carácter. Puede pasar de dulce a convertirse en una fiera ante una situación que considere injusta. Defiende con tanta vehemencia las causas que le interesan, que a veces resulta excesiva.
Se dio cuenta que lo de seducir y conquistar lo llevaba en las venas. Y decidió que no podía hacer nada con eso, salvo ponerle un límite en el tiempo y la intensidad.
Se propuso desplegar todos sus encantos como siempre, pero sin pasarse.
Y estos son los PUNTOS fundamentales de la ESTRATEGIA que puso en práctica:
1.- Prohibido pensar sólo en gustar a su pareja.
2.- Prohibido reservarse lo que no le gustaba por miedo a que su conquista se fuera a pique.
Se propuso ser más honesta desde el principio, y dar su opinión a sabiendas de que quizás no le gustase a su pareja.
Y en el intento de no alardear tanto de sí misma, se propuso algo muy importante, que fue lo que cambió definitivamente su manera de comenzar una relación…
3.- Se propuso ESCUCHAR más a su pareja y preguntarle por cosas importantes.
No sólo para comprobar si coincidía o no con ella, si no para conocerle de verdad.
Quiso saber más de la vida de sus parejas sin cotillear ni juzgar su pasado, sino para descubrir sus opiniones acerca de su familia, sus amigos y sus ex´s.
Porque mi amiga descubrió que pensar que alguien ha venido de Marte, y no tiene un pasado y una historia de vida, es ser muy ingenuo. Y conocer la historia de una persona, y ver qué decisiones ha ido tomando y en base a qué, es fundamental para descubrir lo que lleva dentro.
Así fue cómo aprendió a mostrarse como era en realidad, y a la vez a conocer a su pareja de verdad.
4.- Aprendió a hacerse una idea de la persona que tenía delante.
5.- Incluso se atrevió a frenar el embelesamiento de sus parejas hacia ella.
No sé cómo, pero mi amiga consiguió lo que se había propuesto.
Sus relaciones comenzaron a durar más tiempo, y cuando terminaban ya no era siempre por lo mismo.
Lo cierto es que hoy es menos egocéntrica y más tolerante. Mucha más observadora y valora más a sus parejas.
Como ella dice, ve en sus pretendientes personas y no sólo candidatos.
Yo le digo que veo egos, y ella se ríe porque piensa que es mejor ver personas como hace ella, y que lo mío es pura deformación profesional. No se lo puedo rebatir.
La verdad es que mi amiga es muy sabia.
Valoro mucho la humildad y el coraje que ha tenido para reconocer tres cosas:
- Lo centrada que estaba en ella.
- La importancia que daba a lo externo.
- Lo poco que se fijaba en cómo eran sus parejas y lo que querían.
He aprendido mucho de ella, y espero que tú también.
Ella es el mejor ejemplo de que todos podemos encontrar la manera de enamorarnos más conciencia y menos decepciones si aprendemos a conocer de verdad a nuestras parejas.