He cogido prestado este título de una estupenda obra de Isabelle Filliozat “El corazón tiene sus razones”. La autora descifra el lenguaje de los sentimientos y atiende los mensajes del corazón. Te la recomiendo, porque en mi opinión, supera en mucho a los libros de autoayuda de estos tiempos.
¿Y por qué digo que el ego tiene tus razones?
Por esa tendencia a pensar que el ego es algo malo.
Es cierto, el ego es esa parte de nosotros que nos avergüenza. Contiene los más bajos instintos y las reacciones más primitivas. Y descubrir que tenemos algo tan indigno, justo cuando querernos ser “mejores” y más evolucionados, es una gran faena.
- Como no nos satisface lo que somos queremos ser más.
- Rechazamos la idea de SER lo que somos.
- Pero resulta que SER YA ERES, y eres lo que eres.
- Conocer lo que eres será estupendo, ¡déjalo estar!.
Deja a tu SER en paz porque él no necesita superarse.
En lugar de luchar por ser mejor, aprende a sentirte mejor en todas las circunstancias y a sentirte bien contigo mismo y punto.
Y ahora… ¿Qué hacemos con el ego?
Pues como te decía, el ego tiene sus razones y hay que respetarlas y atenderlas con mimo.
El ego es nuestra PERSONALIDAD, y cuando está equilibrada en todos sus componentes – físico, mental y emocional- es cuando el SER puede expresarse y salir al mundo en toda su plenitud.
Pero nuestro pobre ego ha necesitado construirse para sobrevivir. Desde pequeños vamos inventando uno tras otro, diferentes MECANISMOS DE DEFENSA que nos van permitiendo lidiar con lo que nos sucede y nos rodea.
Igual que cuando pasa el tren nos tapamos los oídos para no escuchar el estruendo, nuestra personalidad desarrolla maneras inteligentes de protegernos. Ante emociones intensas nos desconecta del presente intelectualizando, fantaseando, haciéndonos los sordos. Cualquier recurso vale con tal de protegernos.
¡Qué sabia la cabeza con sus estrategias!
¡Qué sabio nuestro ego!
Pero, ¿qué refunfuñas?…
- ¿No te gusta somatizar?
- ¿No tiene nada de divertido ser un hipocondriaco?
- ¿Detestas tu agresividad o tu orgullo?
- ¿Te da asco tu sumisión o tu dependencia?
- ¿Ni siquiera sabes lo que es “proyectar”, pero envidias muchas cosas que veces en los demás?
Pues sí, no te digo que no. Hay mecanismos del ego que no molan nada.
¿Qué puedes hacer con este ego que no da una imagen de ti tan estupenda como te gustaría?
1.- RECONOCE para qué te han servido hasta ahora estas estrategias que te gustaría pulir.
2.- Date tu tiempo para sentir un RESPETO ABSOLUTO por tu ego y sus cosas.
3.- Y ahora amplía CONCIENCIA y ejercita tu inteligencia emocional para trabajar esos rasgos que deseas mejorar para sentirte mejor.
Uno no se enfrenta a su ego espada en mano y armadura. No, porque el ego es poderoso y sabe ganar todas las batallas. Ya lo has visto,
Uno no se enfrenta a su ego renegando de sus mecanismos de defensa.
Uno se enfrenta a su ego aprendiendo a torear.
Como lo oyes…
- Mucha mano izquierda con tu ego, mucho respeto y mucho arte para LIDIAR con él.
- Buscarle las vueltas, dejarle hacer, no entrarle de frente, darle una de cal y otra de arena…
¡Así se torea al ego!
Eso que quieres cambiar ya has visto que te constituye. Forma parte de ti, te ha servido para mucho hasta ahora. Por eso te pido respeto.
¿Y qué crees, que tu ego se va a quedar quitecito mientras intentas destruirle? Noooo. Por eso te aconsejo arte para lidiar con él.
- A ratos DÉJALE HACER. Permítete reaccionar agresivamente, con orgullo, con mentiras, hacerte la víctima, lo que quieras…. Sólo que al hacerlo conscientemente ya será menos lo que hagas.
- Y a ratos PONLE FRENO, según vayas viendo y vayas siendo capaz de hacer.
En mi opinión así se torea al ego. Yo lo he probado y funciona.
¿Qué te parece si lo pruebas tú y me cuentas?
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