No sé si voy a encontrar las palabras adecuadas.
Pero lo voy a intentar, porque hoy quiero hablarte del despertar.
Cuando ya, aunque aprietes fuerte los ojos, resulta que estás más despierto que dormido.
¿Tú qué haces antes de darte cuenta en qué día estás?
Yo he descubierto que es cuando tengo la mente más despejada, por eso aprovecho sabiendo que pienso más rápido y pienso mejor.
Mi cabeza va a doscientos por hora. Todo vuela dentro de ella y encuentro las palabras perfectas para expresar mis ideas, no como ahora que parece que se me escapan.
Por eso no es extraño que me levante y busque como loca dónde apuntar mientras Misi reclama los buenos días con su desayuno extra.
Son momentos increíbles, de máxima inspiración. Y lo más importante… son los primeros pensamientos que me dedico del día. El primer mensaje que envío a mi subconsciente, y la mejor manera de empezar con las pilas cargadas.
En esos segundos me digo:
“Hagas lo que hagas hoy, sabes que cuentas contigo”.
No te creas que es casual, he elegido muy bien las palabras, por eso me lo repito despacio, sintiéndolo, mientras noto que el calorcito de fuera se me mete dentro.
¡Ahora ya estoy lista!!!
Antes de pensar en lo que tengo que hacer, en lo que me gustaría pero no sé si me va a dar tiempo, lo que no quiero pero debo, lo desagradable, lo que me da miedo y en todo lo que me espera… Antes de nada, lo que hago es decirme: “Hola, ¿qué tal?”.
Saludo el día confiando en mí. Esta es mi sensación. Este es mi objetivo.
“HOY CUENTO CONTIGO”, me digo. Porque pase lo que pase, y toque lo que toque, sé que si estás a mi lado, podré vivirlo sin sentirme mal más allá de lo razonable.
Lo bueno brillará más y lo menos bueno no será tan horrible como para sentir que me derrumbo.
No quiero motivarme, simplemente me recuerdo que no estoy sola.
¡ESTOY ACOMPAÑADA!!
Una parte de mí, la que no duda de que su vida tiene un sentido, acompaña a la que se enfrentará en unos minutos a la realidad, y quiere asegurarse de ofrecerle todo su apoyo.
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Cada mañana renuevo la confianza en mí con este pensamiento: CUENTO CONMIGO.
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Y con este propósito: HOY TAMBIÉN DEBES ENCONTRAR EL SENTIDO QUE TODO TIENE.
Creo que la felicidad es la suma de muchos pequeños entusiasmos.
Momentos sentidos así, sin saber bien por qué. Instantes en los que te detienes y tu manera habitual de mirar las cosas se transforma. Te das cuenta de que hay en ti una alegría interior inexplicable, a veces incluso tontorrona. Eso es para mí la felicidad.
Una ensalada de momentos que aliño con esta ligereza para matar el sabor amargo de las preocupaciones que tantas veces ocupan mi cabeza, y contrarrestar el miedo antes de que se apodere de todo mi cuerpo.
Por eso, al despertar también repaso las situaciones complicadas sintiendo todo lo que no me gusta, mis pesadillas, mis ganas de salir corriendo y mis deseos de que las cosas fueran más sencillas.
Y aquí es cuando me hago la gran pregunta:
¿Qué sentido tiene todo esto?, ¿Por qué permanezco en esta situación o en esta otra?, ¿por qué no salgo corriendo?
A esto le llamo “RECOLOCARME”.
Porque cuando lo hago me siento como el corredor antes del pistoletazo de salida: Concentrada, consciente y preparada para vivir lo que venga sin huir de ello.
No sé qué haces tú, si te recolocas o buscas de otra forma el sentido a lo que haces. Llámalo como quieras, pero HAZLO.
Hazlo para que todo lo demás pasa a ser parte de un plan. TU PLAN.
Para que te merezca la pena vivir lo que te trae este día y lo hagas con ganas, aunque todo no sea de color de rosa. Porque puede que no sea maravilloso en lo que estás, pero es real.
ESTA ES TU REALIDAD ahora mismo. Ni más ni menos.
Y eso no lo puedes cambiar.
Así que vívela. Vívela deseándola, sintiéndola, con la seguridad de que estás acompañado/a.
Ya sabes…
Cuentas contigo y tú eres quien mejor puede apoyarte.
No sé si al final encontré las mejores palabras para describirte mi manera de comenzar el día o si he sido tan torpe que todo lo que te he contado te parece una bobada…
Sólo te digo que si algo de lo que has leído conectó con alguien que anda por ahí dentro de ti, olvídate de mí y habla con él o con ella, porque seguro que tiene cosas muy interesantes que compartir contigo.
Yo peleo y peleo y no consigo nada…. me despierto y nada mas ser consciente de estar despierta me vuelve a invadir el miedo y la procupación y ya no soy capaz de soltar la angustia durante todo el dia.
Hola Manuela,
Tu mente ya tiene ese hábito de «engancharse» a la preocupación y el miedo, por lo tanto tienes que hacer algo al respecto de forma consciente, quiero decir intencionada. Ella sólo quiere repetir siempre el mismo patrón. Deja de pelear y prueba a repetirte algo que te haga sentir bien contigo, construye tu propio mensaje de buenos días.
Al principio no te lo creerás, pero luego acabarás haciéndolo tuyo. Así se cambia un hábito!!
Un abrazo!
Siempre de despertaré con buen pie, gracias por compartirlo
Hola Carlos,
Una muy buena decisión.
Lo mismo te digo, gracias a ti por compartir tu deseo.
Un abrazo!