O dicho en el lenguaje de las emociones:
Cómo convertir la CULPA en ILUSIÓN.
Siempre digo que la culpa es de las emociones que menos reconocemos.
Haz la prueba, y pregunta a alguien si siente culpa por algo de lo que tu sí te sentirías culpable, y verás cómo te responde que no.
¿Falta de sensibilidad?
No, es que sencillamente cuando te sientes culpable te delatas. Te quedas sin excusas para reconocer que no hiciste “lo que debías” y admitir esto es lo último, antes enfado o tristeza que culpa. Así funciona nuestro ego y así nos han enseñado a interpretar lo que sentimos.
Mi sugerencia para empezar este año es que, además de irte de rebajas o a descambiar regalos, te desculpabilices.
¡Estos días fuera culpas!!!
Apárcalas todas, desde las más evidentes: por haber comido demasiados dulces, por no haber hecho un regalo a menganito, por haberte gastado demasiado, por no haber cumplido con tus “debería haber aprovechado las Navidades para”…
Hasta las culpas más difíciles de detectar: tendría que haber dicho a mi pareja que…, debería haber sido más sincero con…, me siento fatal por haber pasado de…, no debería haberme callado cuando…
Todas las culpas, unas y otras no sirven para nada.
Lo hecho, hecho está.
Darte cuenta ahora de todo esto que te hace sentir de alguna manera culpable o poco satisfecho, es muy importante.
Porque descubrir que tus expectativas eran poco realistas seguro que no te agrada, pero sólo así podrás hacer algo con tu sentimiento, y seguir adelante.
No, porque esto sea lo correcto, sino porque mientras no superes tus “deberías”, siento decirte que aún no estás listo para empezar el año con buen pie.
Te lo voy a demostrar…
¿Cuál de tus propósitos crees que va a resistir las 2 primeras semanas de Enero?
Yo pienso que ninguno de ellos, mientras no resuelvas tu culpa.
El ejemplo más sencillo del mundo:
Imagina que te has propuesto perder los dos kilos que has cogido estos días.
1.-Empiezas repasando todo lo que no deberías haber hecho, y terminas alimentando tu sensación de culpa y de paso socavando tu autoestima.
2.-Lo más probable es que te pongas a dieta o te vayas al gimnasio como si tuvieras que redimirte de tus excesos con un “castigo” ejemplar.
3.-De esta forma tirarás de fuerza de VOLUNTAD y tus planes durarán justo lo que ésta te dure. Más si estás muy entrenado, pero de todos modos ya sabes que la voluntad tiene un límite.
Ahora imagina este otro escenario:
1.-Después de repasar estos días, lo único que haces es RECONOCER que efectivamente te relajaste en tus hábitos, y ACEPTAS sin más que algo en ti te ha llevado a hacer lo que has hecho.
2.-Lo analizas y decides qué te ves capaz de hacer a partir de ahora con la lección aprendida, o sea, sin plantearte nada para lo que necesites más fuerza de VOLUNTAD que ILUSIÓN.
3.-¿Qué te parece si vas volviendo a tu rutina alimentaria al son de lo que te pida el cuerpo?. Desde este “permitirte” estarás realmente concienciado/a si decides la dieta o el gimnasio.
En resumen,
Para este y para cualquier otro propósito la clave para lograrlo está en que:
-
Aparques la CULPA y los planes nacidos de este sentimiento de “ser inadecuado”.
-
Percibas en ti más ILUSIÓN que prisas y fuerza de voluntad.
Lo notarás en que tu sensación de “tengo que conseguirlo” se habrá convertido en “con esto sí puedo y sí me apetece”.
¡Te deseo mucha imaginación para construir los mejores propósitos, y sobre todo mucha ilusión para conseguir alcanzarlos!