¿Te has sorprendido alguna vez contando a un amigo algo así?
Esta no soy yo. Ya no soy el que era. No me reconozco. ¿Qué me está pasando?
- Quizás te estés volviendo muy celoso o celosa cuando tú no eras así.
- Eres más callado y desde que llegas a casa estás a disgusto sin motivo.
- Se te ha puesto un humor de perros y nunca te habías notado tan agresivo.
- Cuando estás con él o ella te vuelves sumiso y eres incapaz de articular palabra.
- No paras de mentir a tu pareja, pero es que no encuentras la manera de decirle lo que te piensas.
¿No te das cuenta de que algo te está sucediendo?
¡Es estar con tu pareja y te transformas en otra persona!
Esto no puede ser, pero no vamos a buscar culpables.
Te aseguro que esta transformación que te sucede nace de ti. De tu propia incoherencia.
Sólo que no te has dado cuenta aún qué es lo que no te cuadra y provoca que te conviertas de repente en otra persona.
Sin duda, hay algo en la relación con tu pareja que saca la peor versión de ti.
¿Qué puede ser?
Te cuento dos casos:
Rosario está cada día más triste. Dice que no le importa nada, ni siquiera su trabajo ni sus hijos. Ella lo achaca a la relación que tiene con Javier, su marido. Ya no siente nada por él, pero cuando piensa en decírselo, se le hace un nudo en la garganta, se muere de culpa, y siempre termina disimulando su apatía. El problema es que pasa del silencio al enfado por cosas sin importancia y en casa no entienden lo que le sucede.
Oscar no se atreve a plantear a su mujer que quiere separarse. Hace varios años que para él su relación está terminada. Se siente culpable de la aventura que tuvo durante unos meses con otra mujer y aunque eso ya terminó, por más que se esfuerza, no consigue recuperar la ilusión. Así que cuando entra por la puerta de casa se transforma en una persona taciturna y seria. Se siente frustrado e impotente, pero no sabe cómo resolver esta situación.
¿Tienen la culpa las parejas de Rosario y Oscar de cómo se sienten ellos?
NO. Aunque piensen que son sus parejas los que sacan lo peor de ellos, porque sólo se transforman en su peor versión cuando están a su lado.
En realidad, la causa de este cambio es su “no reconocer” lo que sienten hacia sus parejas.
- Si Rosario abordara sin miedo las causas de que ya no sienta nada por su pareja, podría hacer algo al respecto. Y cualquier salida sería mejor que su silencio.
- Si Oscar analizara los motivos de su aventura, aunque diera por terminada su relación, resolvería su culpa y no se engañaría esforzándose en sentir lo que no le sale.
Sólo de un análisis sincero y honesto con ellos mismos podrán encontrar alternativas a su silencio y recuperar la coherencia.
¿Están a tiempo de salvar su relación?
Habría que averiguarlo.
Rosario y Oscar tienen que encontrar el coraje para reconocer qué beneficio tiene para ellos este “no hacer nada” y dejar que pase el tiempo.
De momento lo que obtienen es mayor que su malestar. Sí, como lo oyes.
Ten en cuenta que cuanto más tiempo pase, mejores serán sus estrategias. Se convertirán en expertos prestidigitadores que harán malabares cada vez con menos esfuerzo, pero con mayor desgaste emocional.
¿Cuál es el riesgo de esperar demasiado?
Muy sencillo, que lo que quede de auténtico en nuestras relaciones se termine esfumando. Porque el amor se acaba, ya lo sabes.
A agua pasada es fácil de decir, lo sé. Sólo te aconsejo que detectes cuánto ha crecido tu malestar en los últimos meses y te preguntes si esta situación no se te estará yendo de las manos. Con todo mi cariño, aquí te dejo está reflexión.