A todos nos llega el momento de hacernos esta pregunta:

¿Qué estoy haciendo con mi vida?

Si te han despedido, si no encuentras trabajo y no sabes lo que te gusta, si has terminado una relación de pareja y te sientes totalmente desubicado/a, o incluso si todo está bien y no tienes grandes problemas, pero no te sientes feliz…

En cualquiera de estas situaciones es probable que te hagas esta pregunta y no encuentres respuesta.

Cuando nos da por pensar qué estamos haciendo y a dónde vamos solemos entrar en un bucle de dudas del que no sabemos cómo salir.

El problema es que, si permanecemos demasiado tiempo dando vueltas en la cabeza a las cosas y no ponemos orden, terminamos con el ánimo por los suelos y cada vez con menos fuerzas.

Esta situación es lo que yo llamo un punto de inflexión. Es ese momento donde somos conscientes de que nos quejamos y estamos atascados, pero a la vez no hacemos nada y cada vez nos sentimos peor. En mi BLOG puedes encontrar contenido acerca de esto.

Cuando me sentí así tuve la inmensa suerte de darme cuenta que necesitaba ayuda profesional. La pedí, y comencé un gran cambio en mi vida que me ha hecho ser quien soy. Desde entonces me han pasado muchas cosas, unas buenas y otras malas, igual que te sucede a ti y a todo el mundo.

La diferencia es que ahora cuando entro en una etapa de sentirme perdida, sé lo que tengo que hacer y me pongo a ello confiando en que podré una vez más dar la vuelta a las cosas.

Lo que quiero decirte es que el mundo no se para,

la vida te traerá momentos de todos los colores, lo importante es que sepas qué hacer con todo ello, y mantengas siempre las ganas de vivir y pelear con firmeza y claridad.

¿No crees que ha llegado la hora de cambiar las cosas?