¿Qué haces cuando las preocupaciones no te dejan en paz?
Detener los pensamientos o pensar en otra cosa, no funciona, ya lo has comprobado, ¿verdad?. La ansiedad que no te deja dormir, el miedo y las dudas que puedas tener, no son malos, sólo son síntomas de que algo no funciona. Están ahí para que les hagas caso, no para que te enfrentes a ellos como si fueran tus enemigos.
– Tus relatos –
Lo cierto es que tus síntomas son tus mejores aliados. Y te están pidiendo a gritos que dediques el tiempo y las ganas necesarias a poner en claro esas situaciones que te traen de cabeza.
Te aconsejo tomarte en serio tu bienestar, y te recuerdo que un buen comienzo para pasar a la acción es utilizar tus propios recursos.
Seguro que te gusta pintar, pasear, cocinar, escribir, oír música, o quizás hacer punto. Es lo mismo, lo importante es que pienses en esa tarea que te sienta bien y te relaja. Puede ser algo que hagas acompañado o solo, así que no te engañes con esa excusa. Dime:
¿Te atreves a escribir tu propia historia?
Aprovecha el poder de atrapar en el papel o en el ordenador todo eso que se te pasa por la cabeza. Sólo necesitas tus manos, y al hacerlo verás cómo te vas definiendo.
Las ideas toman forman, se amigan, y lo que eran pensamientos saltarines y machacones, terminan siendo relatos que expresan lo que sientes, y cómo vives lo que te ha sucedido o te está sucediendo.
Te propongo que pruebes, por eso te presento dos formas distintas de utilizar terapéuticamente la escritura: las historias de vida y los cuentos. Son dos maneras de descubrir lo que sientes y aprovecharlo para sentirte mejor.
Quizás lo intentes y no te diga nada este ejercicio, pero quizás descubras tu mejor terapia particular. ¡Déjate sorprender!.
Además, te lanzo un reto: SI TÚ ESCRIBES, YO TE LO PUBLICO.
¡Anímate y envía tus relatos!. Los publicaré en el blog y tendrás la satisfacción de leer y responder a todas aquellas personas que se identifiquen contigo y dejen su opinión. ¿Qué te parece mi propuesta?