¿Alguna vez te ha sucedido?
¿En alguna ocasión has sentido una inmensa gratitud?
A mí me paso un día de Agosto a las 10 de la noche, mientras esperaba el autobús. Estaba cansada y sola. Era un barrio que no conocía y decidí que, aunque tardara más en llegar a casa, no iba a meterme otra vez al metro a pasar el mismo calor que cuando vine.
Así que aquí comienza mi historia:
¡Qué silencio en la parada!. Sin coches, sin sol, sin gente… Una sensación muy extraña, pero a la vez muy agradable!!!.
Aunque siento soledad por fuera, por dentro empiezo a notar GRATITUD.
Por eso creo que este es el momento perfecto para darle gracias a la vida.
Porque me acabo de dar cuenta de que sólo soy una partícula insignificante en medio de una ciudad, formando parte de un planeta y de un universo.
-
Hoy estoy agradecida porque al final del día, las cosas que tenían que suceder han sucedido y no me he pelado con ellas.
-
Me he sorprendido con las personas que he conocido y por eso estoy satisfecha.
Dirás que estoy contenta porque me ha ido bien.
De acuerdo, pero no te estoy hablando de alegría. Lo que siento se llama PLENITUD.
No es un estado de ánimo, es algo más hondo que casi siempre está en reposo y sólo se despierta cuando me detengo a observar con la distancia suficiente.
Ahora mismo le doy gracias a la vida por haberme enseñado a mirar hacia dentro.
- Gracias por el montón de ocasiones que pone delante de mí. Por los desafíos y las sorpresas que me hacen sentir viva.
- Por las situaciones que se repiten para que pueda ensayar una nueva manera de afrontarlas.
- Gracias por ponerme en mi lugar cada vez que me da una rabieta cuando no consigo lo que quiero.
- Por encontrarme con personas que me cuestionan y me hacen dudar de lo que pienso.
- Gracias por enseñarme a no ser tan dramática cuando creo que lo que me sucede es muy importante.
- Por pasar de mí cuando me lamento y me doy pena.
- Gracias por mirarme de reojo para no dejarme caer del todo.
¡Gracias a la vida por ser tan sabia y enseñarme tanto!
Dicen que la vida es cruel porque a veces nos pone la zancadilla.
Dicen que es dura porque no se detiene por nadie.
Lo cierto es que la vida no obedece a tus caprichos ni a los míos. No intentes entender sus motivos.
Sólo hay una cosa que aceptar… que LA VIDA TE SUCEDE y te recorre, QUIERAS O NO.
Estás vivo porque tu corazón late, no hay más.
No le des más vueltas.
Ahora pregúntate:
¿Qué hago yo con mi vida?
Yo en este momento, esperando el autobús… he decidido saborear la SERENIDAD que siento.
Podría haber decidido acordarme de lo malo, renegar de estar cansada o de lo que tarda el autobús, pero de alguna manera prefiero quedarme con esta minúscula sensación de paz que hay en mi corazón, antes de que mi cabeza se ponga a dirigir la orquesta y empiece a quejarse.
Motivos siempre tendré para lamentarme y a veces lo haré, no lo dudes.
Pero hoy y ahora me quedo agradeciendo a la vida este momento.
Ya te lo he dicho…
Bendita la soledad de fuera y más aún la gratitud que siento dentro.
Y tú… ¿Ahora mismo hay algo que quieras agradecer a la vida?
Buenas noches Mercedes , me encantan tus artículos , historias ,tus cuentos emocionales , esta noche siento la serenidad para dar las gracias desde lo más profundo de mi ser , es algo que vengo haciendo un tiempo pero llevaba unas semanas que por las circunstancias vividas me sentía tan agotada y tan inmersa es mis propios problemas y mi yo , que no podía dar las gracias a la vida lo más sinceramente y lo más honestamente, la vida era terrible y no podía con ella , este fin de semana he decidido dedicármelo tranquilamente y hoy por fin !!!!!, vuelvo a dar gracias a la vida .
Un gran abrazo Mercedes , una luz llena de vida
Hola!
Mil Gracias por tu lindo comentario y por compartir tu experiencia!
Es cierto, la vida a veces es tan puñetera que nos olvidamos de agradecer lo que tenemos y lo que hay en este presente.
Las cosas nunca son tan terribles, o dicho de otro modo, siempre tiene una cara más amable y no sólo la fea. Lo que sucede es que para descubrirla tenemos que pararnos unos instantes a estar ahí con nosotros.
Me alegro mucho de que te dedicaras a ti y te encontraras.
¡Un abrazo!
Hola Mercedes, aunque hace cierto tiempo que no te frecuento sí que sigo tus posts con mucho interés. Este último, «gracias a la vida», me ha encantado y he sentido mucha envidia de lo que sentías. Me admira de que manera eres capaz de controlar esa cabezota negativa que en muchos momentos nos aflora a todos, es mucho lo que transmites y nos enseñas aunque quizás tú no seas muy consciente.
Veo que has estado trabajando intensamente todo el verano, lo cual también me llama la atención, ¿de qué manera te recargas para seguir ofreciéndonos lo mejor de tí?
Espero verte pronto, tengo ganas.
Un abrazo.
Hola María Jesús!
Gracias por el cariño que desprenden tus palabras. Ya sabes, esa cabezota es con lo que contamos y donde podemos intervenir. En ello estamos.
jajaja, lo de la envidia tiene fácil solución, aprovéchala para conectar contigo, porque ambas sabemos que sabes hacerlo 🙂
Nos vemos pronto… en cuanto tu quieras, ya sabes dónde estoy.
¡Un abrazo!