«Estoy entusiasmado» como decía Flip en «Vicky el vikingo» parece lo contrario de «estoy aburrido».
La raíz griega de entusiasmo quiere decir “inspiración divina”.
Por lo visto, el ENTUSIASMO es una cualidad inherente al ser humano, regada de sabiduría divina.
Impredecible, primitivo, sencillo, sin causa aparente, pero intenso, perseverante y sólido como una roca.
Pero cuidado, porque para que el entusiasmo no te caduque, debes cuidarlo.
Regarle con acciones que te reconforten día a día, y arrancar de su lado las malas hierbas: la monotonía, el conformismo o la sumisión. Tarea necesaria para que no le resten fuerza, y tu entusiasmo crezca sano y vigoroso.
¡Me encanta encontrar de vez en cuando personas que, a pesar de que la vida les haya dado lo suyo, aún conservan su entusiasmo!.
Se les nota en la cara, en esa sonrisa ligera, en el brillo de sus ojos cuando hablan de lo que les entusiasma.
¡Qué suerte si nos has perdido tu entusiasmo!
En el otro lado de la balanza se encuentra el ABURRIMIENTO.
Lo más parecido que viene del latín es tedio, sinónimo de aguantar a cambio de obtener algo.
Pero si hablamos del polo opuesto al entusiasmo, mejor nos quedamos con la definición más cercana, la de la monotonía.
Visto así aburrirse supone no encontrar variedad. El aburrido se convierte en un ser uniforme, sin matices ni tonos. Aletargado en su percepción de las cosas y de la vida, ciego al arco iris aunque lo tenga delante de sus narices.
Me aburro, pero no me arriesgo, me aburro, pero… a cambio no me sucede nada que no me guste.
Vaya consuelo. ¡Gran error!
Ya es bastante terrible que estés aburrido y dormido, no necesitas que te pase nada peor, te lo aseguro.
Hasta que no se atreva a detenerse en las cosas pequeñas y hacerse la temible pregunta:
¿tiene esto que ver algo conmigo?
El aburrido que busca sin prisa y sin meta, pero no deja de buscar, antes o después, puede encontrarse que deja de hacer lo de siempre y se permite no hacer.
Y cuando menos se lo espere, ¡hasta puede que se encuentre haciendo algo que le apasiona!
Y quizás entonces con vergüenza y miedo, se atreva a entusiasmarse.
Mejor dicho, quizás entonces se dé cuenta de que ya está entusiasmado.
Ojalá te suceda así, si te reconoces aburrido.