¡Qué bien suena cuando alguien te pide que pienses en lo que te apasiona!
Pero si no tienes ni idea a qué puedes dedicarte, seguro que escuchar esto te da bastante rabia.
Se te queda el mismo cuerpo que cuando estás nervioso y alguien pronuncia las palabras mágicas: “respira”.
Razón no les falta, pero a ti te sirve de poco, lo sé.
Así que vamos a intentar ser un poquito más realistas.
Encontrar tu pasión no es algo que se consigue de un día para otro.
Incluso hay expertos que cuentan que no todo el mundo tiene algo que le apasiona. No digo que no.
Pero lo que sí sabes es lo que no te dice nada, y sobre todo lo que no te gusta. Eso que sólo de pensar en ello se te ponen los pelos de punta, ¿verdad?
Este puede ser un estupendo comienzo:
1.- Aprende a descartar lo que no tiene que ver contigo.
Ejemplo:
- Tengo claro que nunca podría trabajar de cara al público.
- Odio los ordenadores.
- Quiero hacer unas oposiciones.
2.- Sigue la pista a lo que te gusta y con lo que disfrutas.
- Hay algo que te gusta hacer más que otras cosas.
- Existen tareas o actividades que se te dan más o menos bien.
- Hay cosas con las que disfrutas, y mientras las haces el tiempo no pasa.
Ejemplo:
- Me encanta escribir.
- Se me da bien buscar información en internet.
- Disfruto cuando ayudo a los demás.
Pues por aquí van los tiros.
No te vuelvas loco, este puede ser un estupendo comienzo.
Más adelante ya darás con algo más concreto a lo que te gustaría dedicarte profesionalmente. Poco a poco irás adivinando la dirección hacia dónde dirigirte. Te enfocarás.
3.- No tengas prisa.
4.- Revisa tus recursos.
Seguro que tienes cualidades que ni siquiera habías pensado que pueden servirte.
- ¿cómo anda tu creatividad?
- ¿de qué te rodeas?
- ¿quién puede ayudarte?
- ¿con qué recargas las pilas?
Y no te olvides de ser realista.
Mira a ver con qué medios económicos cuentas, en qué tiempos te mueves y cómo puedes garantizarte un mínimo bienestar, porque sin la tranquilidad suficiente, te vendrá la culpa y perderás la objetividad.
No te voy a engañar, esto que te cuento sólo es el principio, ya lo ves.