1.- Naces estimándote y queriéndote
Lo primero que debes saber acerca de la autoestima es que instintivamente todos nos autoestimamos.
De pequeños, antes de distinguir entre nosotros y los otros, no tenemos problemas de autoestima. Ni siquiera pensamos si nos valoramos o no, sencillamente no sometemos a juicio nuestra persona. No nos juzgamos.
Los primeros que nos comparan suelen ser nuestros padres con nuestros hermanos, y sobre todo en el cole es donde las comparaciones están a la orden del día.
Los docentes seguramente lo hacen con la mejor de sus intenciones, para que nos esforcemos y para conseguir lo que llaman una “competencia sana”, pero en realidad lo que se logra con este sistema de comparaciones, no es más que una inmensa necesidad de dar la talla y ser como los demás o mejores.
2.- Dejamos de estimarnos y olvidamos cómo querernos
La enseñanza y la sociedad en lugar de fomentar en nosotros la sensibilidad necesaria para construir una personalidad basada en principios y valores, nos llevan a construir una IMAGEN de nosotros mismos que guste a todos, incluidos nosotros mismos.
Y cuanto más gustamos, mejor nos sentimos y más nos contamos que valemos.
Aprendemos a complacer, y pronto dejamos de distinguir entre “lo que somos” y “lo que valemos”.
Perdemos esa sensación de bienestar que nos viene sin ningún motivo: sin haber hecho nada especial, sin haber logrado ningún éxito y sin que nadie nos diga lo buenos, lo listos o lo guapos que somos.
Este bienestar sin más, es tan sutil que lo olvidamos mientras estamos atareados construyendo una imagen que nos guste y guste a todos.
3.- Confundimos la autoestima con la aceptación
En teoría tu autoestima no es más que la valoración que tú mismo tienes de ti, en la práctica cuando decimos que tenemos la autoestima baja o alta estamos pensando en cuánto sentimos que valemos, no en cuánto sentimos que nos valoramos.
Si prefieres escucharme puedes hacerlo desde el reproductor que está justo debajo o suscribiéndote de forma gratuita a “Tú decides cómo quieres ser” a través de iTunes.
La clave está en está en elegir la pregunta adecuada:
¿Cuánto SIENTO QUE VALGO?
Si te haces esta pregunta para responderla revisas inmediatamente si estás consiguiendo lo que te has propuesto y te haces una opinión de ti a la vez observas la opinión de las demás, y si el resultado es que estás logrando “cosas” entonces piensas que vales mucho y dices que tienes la autoestima alta. Si es poco entonces hablas de mejorar tu autoestima porque es muy baja.
En definitiva, para responder cuánto vales tendrás que poner delante del espejo la imagen con la que vas por el mundo.
¿Cuánto SIENTO QUE ME VALORO?
En cambio, si te preguntas cuánto te valoras, para poder responder tendrás que revisar precisamente tus valores y tus principios: tu capacidad de respetarte y no juzgarte, tu capacidad de reconocer lo que sientes…
En definitiva, para responder cuánto te valoras lo que tendrás que mirar en el espejo, no es tu imagen, es tu interior.
Para que veas mejor la diferencia. Aceptarte significa sentirte bien…
- No por conseguir lo que buscas, sino por intentarlo.
- Porque haces lo que quieres, aunque tengas miedo.
- Porque no dejas de ser tú cuando te rechazan.
- Porque te sigues queriendo cuando te derrumbas.
Vales en todas estas situaciones porque te lo permites y te respetas, por eso vales.
No necesitas mejorar tu autoestima, necesitas aceptarte
y dejar de pelearte contigo.
ACEPTARSE
significa quererse a sí mismo y respetarse por el simple hecho de ser quien eres.
MEJORAR TU AUTOESTIMA
significa quererte cambiar para acercarte más a la idea o la imagen que tienes de ti y que pretendes dar al mundo.
Tú decides…
Yo en particular apuesto por valorarme y procuro no invertir mucho tiempo en mantener una imagen de mí. 😉