Cuando te sientes decepcionado/a en realidad lo que sucede es algo muy curioso que tiene que ver más contigo que con tu pareja.
Primero te inventas una imagen de tu pareja y luego te peleas con ella. Tú te lo haces todo. Te montas tu propia historia.
Diseñas la pareja perfecta y luego te sientes defraudado/a.
Pero no tienes que creerme, te lo voy a demostrar:
Todo comienza siendo muy normal.
Alguien te atrae, incluso sientes fascinación por esa persona.
Pero ni siquiera reparas en cuál es la causa de tu ilusión.
Parece que lo lógico sentir atracción, es ley de vida, la naturaleza es muy sabia, incluso podemos convertir en el centro de nuestra existencia la búsqueda de esta atracción.
¡Menudo subidón!!.
Es algo que nos hace sentir vivos. En ese instante somos especiales.
Así es.
Pero fíjate, que sin quererlo has depositado todos tus deseos en otra persona.
- “Quiero que sea cariñoso/a, quiero que me cuide, que sea amable”.
- «Es muy importante para mí que mi pareja me divierta».
- «Necesito que sea sincero/a. Tiene que ser inteligente».
- «Me gusta que se haga el duro. Me gusta que sea femenina».
¿Hace falta que siga?
La lista de peticiones puede ser más larga que una carta a los Reyes Magos.
Lo llamo CARENCIAS porque todo eso que anhelamos en otras personas no son más que extensiones de nosotros mismos no reconocidas y no cubiertas. Quizás inconscientes o quizás no.
La prueba del algodón viene cuando descubrimos que nuestra pareja no es de esa manera y entonces sentimos que nos ha decepcionado.
Esta es la emoción que te delata.
¿Por qué decepción? porque esperábamos sin lugar a dudas que nuestra pareja nos diera eso que íbamos buscando.
Aquí lo tienes,
¿Ves cómo todo este tiempo en realidad te has relacionado con la imagen que has construido de tu pareja y no con ella?
Imagina que tú reconoces que eres una persona callada y este rasgo no te importa lo más mínimo.
Entonces buscas una pareja que sea mucho más habladora que tú. Conoces a alguien y quisieras que fuera así. Sin darte cuenta acabas de construir una imagen de tu pareja.
Al poco tiempo descubres que tu pareja es tan callada como tú, pero como ser callado no es un problema para ti, es decir, no lo vives como una carencia, cuando eres más realista aceptas con facilidad que tu pareja sea tan callado/a como tú.
En este mismo escenario cuando descubras que tu pareja es tan callada como tú, ¿qué crees que va a suceder?
Pues qué vas a pensar que tu pareja te ha decepcionado y la vas a acusar de no darte lo que esperabas de ella.
Esa misma culpa que sientes hacia ti por ser callado/a, ahora la proyectas en tu pareja, y este es el motivo de tu decepción y tu resentimiento hacia ella.
Si realmente ser callado es un problema para ti, mira a ver cómo puedes resolverlo, pero no te quedes buscando una pareja que compense este rasgo porque van a suceder dos cosas:
- Vas a inventarte que tu pareja no es nada callada, ya que es lo que tú necesitas ver en ella.
- Cuando descubras cómo es en realidad tu pareja, si es que es más callada de lo que te gustaría, se lo vas a echar en cara. Te vas a sentir decepcionado/a y vas a notar tu resentimiento.
Lo más probable es que tu pareja no haya cambiado y en realidad, como te decía, todo te lo hayas cocinado todo tú solito/a.
Primero te inventas que tu pareja es como tú deseas y luego te decepcionas al ver cómo es en realidad.
Ahora que ya sabes de dónde vienen tus decepciones, cuando construyas tu lista de requisitos para elegir pareja, ten especial cuidado en formarte una imagen de tu pareja lo más realista posible, y también haz un repaso de lo que crees que a ti te falta (tus carencias) para resolvértelo por tu cuenta y no exigírselo a tu pareja.
La verdad es que esperaba más del artículo. Pareciera que habla de una problemática que sucede en las parejas más nuevas, pero ¿y las de larga data? Es muy cierto que la mayoría construimos una idea de nuestra pareja y luego la realidad nos baja de un hondazo. Pero también las personas cambian, también se busca crecer en una pareja y también damos y, como es lógico, queremos recibir lo mismo.
A veces nos decepciona la falta de constancia, la falta de compromiso, las promesas no cumplidas, el no meterle ganas. Cuestiones muy comunes en el paso del tiempo y necesarias en una relación a largo plazo.
No siempre es culpa de uno como se maneja el otro, pero si es nuestra responsabilidad saber si queremos seguír ahí.
Muy cierto lo que comentas. El tiempo erosiona las relaciones como el agua a la piedra, y las decepciones después de largo tiempo juntos no se notan, pero se sienten. Lo malo es que vienen acompañadas de comodidad. Y no sólo nos conformamos con que las cosas no cambien, también olvidamos que las decepciones lejos de frenarse, si no se resuelven siempre van a más. Por eso cuidar la relación y valorar lo que tenemos se hace imprescindible en las relaciones de larga duración. Estoy totalmente de acuerdo que es cuestión de responsabilidad y de compromiso con la pareja, y con nosotros mismos para mantener viva la ilusión. Un abrazo!
En “tu lista” estará todo lo que necesitas ahora mismo en una relación, lo imprescindible, lo básico, lo esencial. La cuestión es que observes hasta qué punto lo que le pides a la relación y lo que esperas de tu pareja no son carencias tuyas que en realidad esperas resolver encontrándolas o exigiéndoselas a tu pareja, en lugar de mejorarlas en ti o cambiar tú si es algo que te incomoda.
La pareja como complemento o “media naranja” al final es más una relación de dependencia (“no puedo estar sin ti”) que una relación de verdad donde cada uno tiene su propio proyecto de vida y lo que hacemos es compartir nuestros tiempos y nuestras ilusiones y todo lo que quieras, pero sintiéndolo como propio y sin girar en torno al otro.
Y entonces qué debe tener esa lista de características que se buscan en la pareja? Las similitudes? De ser así, ¿cómo nos complementamos? ¿Cómo nos ayudamos a crecer mutuamente?
Saludos