¿Qué es una geisha?
Mira que curiosa definición he encontrado:
Las geishas son mujeres, antiguamente también existían geishas masculinos, con formaciones en diferentes artes como música, danza, que se dedican a entretener los clientes o invitados en banquetes, ceremonias de té o en cualquier otro local privado o público. (Fuente: https://www.significados.com/geisha/)
Walter Riso habla de la complacencia ilimitada cuando describe el síndrome de la geisha en “Los límites del amor”.
A mí me gusta más hablar de “El síndrome de ser elegido o elegida” porque creo que las geishas de hoy en día han evolucionado y pasan muy desapercibidas.
La clave de su conducta radica más en el sentimiento de gratitud que se apodera de ellos y ellas al ser elegid@s y en su necesidad de no ser abandonados, que en su deseo de complacer.
Se trata de una complacencia y una sumisión disfrazada de amor y de entrega que oculta el miedo a que el otro se valla en cuanto no le guste algo de mí.
Por ese motivo, “que me hayas elegido”, que estés conmigo es lo más importante para mí, y a partir de aquí tú eres el centro de mi vida y todo gira en torno a que te encuentres a gusto sin que yo te estorbe.
Te presento a Rosa, una mujer geisha del siglo XXI, y a Manuel un hombre geisha.
Son un ejemplo que ojalá nos sirva para que nos quede muy claro cuánto tenemos cada uno de nosotros de mujeres u hombres geishas.
Empecemos con Rosa…
1.- ¿A qué suelen renunciar las mujeres geishas? Suelen renunciar a disfrutar del sexo en sus relaciones.
Rosa dice que para ella el sexo no es tan importante como para él, por eso algunas veces finge orgasmos con tal de no incomodarle.
2.- ¿Qué hombres busca la mujer geisha? Poderosos de alguna manera, convencidos de sus dotes de persuasión, con un toque de arrogancia, atractivos…
Rosa siempre busca un hombre que la conquiste.
3.- ¿Qué hace la mujer geisha para que no se vaya su pareja? Complacerle, conseguir que esté relajado, que sea feliz…
Y cuando Rosa tiene a su hombre geisha se desvive por estar siempre a su disposición.
4.- ¿Cómo consigue la mujer geisha retener a este hombre? Estando siempre estupenda. Nunca dice que no, sonríe, le repite que siempre estuvo esperando encontrar a alguien como él…
Rosa nunca puede presumir de sus logros profesionales, ni mostrarse cansada.
5.- ¿Qué necesita la mujer geisha? Sentirse elegida, querida y protegida. Deseada, necesaria para el descanso de su pareja…
Cuando Rosa vio que su pareja se quedaba con ella y no con ninguna de sus amigas, no se lo podía creer.
6.- ¿Qué hacen los hombres con las geishas? Mientras dura la conquista se entregan haciendo creer a la geisha que su atención está en ella, cuando en realidad sólo piensan en su propia sensación de “meta conseguida” o “pieza cazada”.
Después los hombres se aburren de sus geishas y pierden el interés. Nunca ven en ella una persona como ellos con necesidades y sentimientos. Sus geishas son invisibles.
Y ahora le toca a Manuel…
1.- ¿A qué suelen renunciar los hombres geishas? A organizar su vida, “la dejo que ella decida”, “prefiero que ella sea la que mande porque así está contenta y todo funciona”.
Manuel deja que su pareja organice sus viajes, incluso que elija a sus amistades. Así todo es más fácil.
2.- ¿Qué mujeres busca el hombre geisha? Mujeres que tiene muy desarrollado su lado masculino. Son resueltas, organizadoras y persuasivas.
Resultan atractivas con su discurso (ideas, pasado…). Y suelen saber mucho de la vida. Más “evolucionadas” que ellos y muy “doctas” en desarrollo personal.
Manuel eligió a su pareja por lo bien que analizó su pasado y por lo segura que se la ve cuando hay que tomar una decisión.
3.- ¿Qué hace el hombre geisha para que no se vaya su pareja? Complacerla, que sienta que se hace lo que ella dice, dejar que siempre tenga razón y así reafirme su personalidad.
Manuel: “Cuando nos enfadamos siempre termina convenciéndome y la verdad es que yo prefiero ceder para no discutir”.
4.- ¿Cómo consigue el hombre geisha retener a esta mujer? Cuidándose por ella (dejo de fumar, hago yoga…), siendo obediente y haciendo las tareas que ella no quiera hacer.
Manuel es un manitas porque le gusta, pero sobre todo porque su pareja le valora mucho por ello.
5.- ¿Qué necesita el hombre geisha? Necesita tranquilidad y seguridad. Sentir que “tiene una mujer” que completa su esquema de vida en familia. Necesita sentirse guiado, y que aprende de ella.
Lo que más valora Manuel es saber que su pareja nunca le va a dejar y que lo suyo es una relación para siempre.
6.- ¿Qué hacen las mujeres con los hombres geishas? Al principio son amables y compresivas disimulando muy bien su carácter dominante. Son protectoras y maternales. Sin embargo, cuando han conseguido su consorte necesitan saber que pueden seguir dominando. Nunca es suficiente con el control que ejercen, por eso comprueban continuamente que su pareja está convencida de que ellas son lo mejor que podía sucederles en la vida.
¿Cuál es el error que cometen los hombres y las mujeres geishas?
Pensar que es mucho más complicado aprender a quererse ellos mismos que complacer a sus parejas. Les resulta más sencillo continuar haciendo lo de siempre, que emprender un camino de AUTOCONOCIMIENTO y PROYECTO PERSONAL.
Sobre todo porque esta idea de entrega a cambio de ser elegidos muchas veces viene de la educación. “Aprendí a complacer, a no discutir y a ocuparme de los demás”, dice Rosa.
Aunque también puede venir de una relación anterior en la que consiguieron todo complaciendo como le sucedió a Manuel.
Mientras que logran la atención de sus parejas, los hombres y las mujeres geishas están convencidos de que les aman.
El problema viene cuando esta manera de ser amados se transforma en indiferencia o en una continua exigencia. Entonces,
¿Qué pueden hacer los hombres y mujeres geishas?
- Reaccionar y comenzar a ser ellos mismos. Amarse y romper la dependencia de sus parejas, aunque les cueste ser dejados.
- Quizás entonces se cumpla el mayor de sus temores, pero siempre será mejor que termine la relación, a conformarse eternamente con las migajas de afecto y atención que ahora reciben para sobrevivir.