Tenlo claro…
Olvidar un amor no es misión imposible.
Cabezota, tozuda, soberbia, y ciega. Apegada a las circunstancias y sin querer ver más allá de sus narices, Lucía me cuenta un día lo que ella llama su problema: su pareja la dejó sin saber por qué.
“Y desde entonces no entiendo nada”, me dice.
Este abandono que siente se convierte en el centro de su vida.
Para ella no hay nada más, y desde este lugar desafía al mundo con una mirada de reto y súplica a la vez. Desde su más profundo dolor, saca afuera toda su rabia y su impotencia, lanzando una pregunta al vacío: “¿y ahora qué?”.
Parece que busca una respuesta rápida, pero en realidad Lucía no pregunta qué puede hacer, sólo quiere entender por qué. Se aferra a encontrar una explicación con todas sus fuerzas, como si le fuera la vida en ello, y en realidad es así porque este intento de comprender es una forma de no “cortar el vínculo” con el otro.
Desde que la dejaron, Lucía vive peleada con el mundo.
Por eso Lucía extiende su rabia a todo. Se siente insatisfecha de principio a fin, rechazada en toda su naturaleza, despreciada en lo más profundo de su ser.
Se castiga dándose la vuelta ante su propia vida, haciéndose ajena a sentir lo que la rodea. Insensible a “lo bueno”, recreándose en “lo malo”, lo que no le gusta, lo que no le cuadra.
Y el problema es que cada vez le cuadran menos cosas. Cada vez es más severa y más crítica, y más tozuda, y está más rabiosa y más nerviosa. Y cada vez se aleja más de estar de otro modo.
Lucía sólo quiere comprender. Revolcándose en las preguntas de siempre: ¿Por qué me dejó?, ¿por qué no me quiere?, ¿cómo puede dejar de quererme de un día para otro?, ¿por qué no me dice nada?, ¿por qué no quiere hablar?
Y es que, no hay nada que comprender.
Si prefieres escucharme puedes hacerlo desde el reproductor que está justo debajo o suscribiéndote de forma gratuita a “Cómo resolver tus problemas de pareja” a través de iTunes.
Sucede algo en el otro que no puede evitar, ni frenar, pero sucede, igual que la noche sigue al día. Sucede aunque no se dé cuenta o no quiera dársela, sucede aunque no te lo cuente ni se lo cuente.
Y una vez que sucede, algo se rompe, se abre una brecha en la relación, y le toca a cada uno seguir su camino. El suyo propio y sin el otro.
Lucía ya tiene la respuesta, pero no quiere oírla, y busca consuelo en muchas cosas, se engaña con falsas conclusiones. Cualquier cosa antes que abrir su corazón para ver, porque ver es doloroso y complicado.
Recurre a mí desesperada, con la esperanza de que saque la varita mágica y en un chasquido de dedos o un toque en su cabeza, el remedio a sus problemas se haga realidad: pueda comprender y contarse que no fue rechazada.
El zarpazo del desamor es lo que tiene: te vuelve cabezota, tozudo, soberbio, y ciego. Apegado a las circunstancias y sin querer ver más allá de tus narices. Te deja en un anhelo eterno, en una espera que se convierte en el centro de tu vida.
¡Te hace tan irresponsable como para renunciar a tu propia vida!
El silencio del otro, significa: “no quiero contar contigo de ahora en adelante y punto”.
Es duro, de acuerdo, muy duro. Pero…
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¿Cuánto tiempo tiene que pasar para comprender que no hay nada que comprender?
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¿Qué haces ahí renunciando a tu vida porque alguien no te quiera a su lado?
Esta es realmente la pregunta en la que te merece la pena invertir tu tiempo, tu ilusión y todo tu esfuerzo hasta encontrarle una respuesta.
Y mientras que no te reconozcas a ti mismo cuanto te importas tú, te quedarás como Lucía, atrapado en la tela de araña del desamor. Suspendido sin terminar de caer, agonizando lentamente. Con el tiempo cada vez te deleitarás más en tu delirio, incapaz de dar muerte a esa parte de ti que no se sintió correspondido.
Date cuenta que permanecer ahí es tu decisión, pero no es la única, porque…
La vida te está esperando, y cuando quieras volver a girarte para verla, te recibirá como si nada, sin pedirte explicaciones.
PROCESO DE DESCONEXIÓN cuando se produce una ruptura en 3 pasos:
1.- RECONOCER Y ACEPTAR
- Hay veces que ya no hay nada que entender. Sal de tu negación y deja de quejarte.
- No conviertas en el centro de tu vida lo que podría haber sido y ya no puede ser.
2.- APRENDER A DEJAR DE AMAR
Seguro que estás idealizando a tu ex. Date cuenta de que estás construyendo una imagen de él o ella inventada.
También es muy posible que añores a esta parte de ti enamorada de tu ex.
Total, que estás construyendo una relación ficticia entre una parte de ti anclada al pasado y un/una ex que no es del presente.
Esta relación sólo existe en tu cabeza y no es real, pero si es totalmente perjudicial e inadecuada para que tú sigas con tu vida.
Para aprender a dejar de amar tienes que MATAR a la parte de ti enamorada de tu ex y a la imagen idealizada que has construido de él o ella.
No te quiere como tú recuerdas que te quería, porque ya no existe.
3.- UNA NUEVA RELACIÓN CONTIGO
Ya que ha sucedido lo que ha sucedido, APROVECHA este momento para construir una nueva relación contigo.
Date cuenta de cuánto estás apegado a un modo de vida en el que contabas con tu ex.
Para lograrlo, urge que empieces a construir nuevos hábitos en torno a lo que te apetece y lo que sientes que te motiva.
Busca la CONEXIÓN CONTIGO porque la relación contigo es segura, nunca se acabará, así que apuesta por ella, aunque ahora te estés peleando queriendo vivir en el presente y a la vez aún conectado/a con el pasado.
Activa tu instinto de supervivencia, aprende a DEJAR DE AMAR y desapégate de la parte de ti que aún ama a tu ex.