Tu universo no se reduce a lo que conoces, ni a quien tienes más a mano. No te equivoques.
¡Hay todo un mundo esperándote!
Sí, suena hasta cursi, pero es así. Lo que sucede es que nos movemos en nuestro pequeño ecosistema y creemos que es lo mejor.
No. Es lo más cómodo, pero no lo mejor.
En tu “mundo bola” estás tú y poco más. Lo habitas tú y lo que has conocido hasta ahora, que puede estar muy bien, pero no para siempre y no sólo eso. Piénsalo.
Hazte más grande, si no tu capacidad para ver más allá de tus narices y de lo de siempre estará muy limitada.
Lo más fácil es buscar pareja cuanto antes y buscarla entre lo que tienes a mano.
Estiras el brazo y allá donde alcances, tanteas y listo. Eliges rápidamente.
La realeza del siglo XIX fue prueba viviente de los problemas de la endogamia. No practiques la endogamia social por favor.
Si te has quedado sin pareja, aprovecha para ampliar tu círculo.
No te reduzcas mássssss.
Al contrario AMPLÍATE. HAZTE MÁS GRANDE.
* Muévete. Enfréntate a tus miedos y a tus verdades más ocultas.
* Aprovecha ahora que todo lo oscuro va a salir a la luz quieras o no.
Saca partido a esas noches de insomnio, y cuando te canses de comerte la cabeza con el pasado, observa y mira a qué se reduce tu universo.
Y a los cinco minutos, vuélvete al presente.
Sí, hay todo un mundo ahí fuera. No estás solo, te sientes solo.
El océano está repleto de peces. Grandes y pequeños, y de todos los colores.
Míralos.